martes, 12 de abril de 2011

EL ANÁLISIS DEL DISCURSO DESDE UNA VISIÓN HOLÍSTICA DESDE LOS CONTEXTOS DE LAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS INVESTIGATIVAS

Gómez Alexander sibsoeb@hotmail.com
Rivas Jesús Jesus_arg_70@hotmail.com
Peña María alexmary_2007@hotmail.com


Por medio del análisis del discurso de la bibliografía nacional e internacional, las entrevistas realizadas a expertos y el análisis documental institucional de todo el mundo ha posible caracterizar la importancia de estos aspectos para los investigadores e identificar sus elementos más relevantes, debilidades y fortalezas en una muestra de aquellos que se requieren para sustentar las necesidades colectivas dentro de las ciencias.

Estas estructuras sobre todo interactivas donde se logra la incorporación de los múltiples procesos de aprendizajes de la modernidad para lograr una mejor comprensión de la producción informativa sustentada en bases lingüísticas, semiótica y lógica entre muchas otra variables hacen del análisis del discurso una herramienta fundamental para descubrir la intensidad con que se asimilan los conocimientos dentro de una sociedad altamente competitiva.

La sociedad científica mantiene una búsqueda constante para redefinir lo que los postmodernistas y sus contrapartes consideran diferencias insalvables del proceso del pensamiento. Búsqueda que alberga una vía en paradigmas como la trascomplejidad en donde existe una epistemología consistente de alternativas enriquecidas con la visión de todas las disciplinas científicas que presentan su posición en cuanto a los temas de interés de la sociedad.

Estos temas de interés permiten entonces presentar métodos interactivos para recopilar información adecuada y pertinente garantizando y estableciendo una verdadera relación entre los actores de la comunidad investigativa en el análisis de discursos inmersos en los textos bibliográficos, institucionales y mas comúnmente en las entrevistas.

Comenzando por la última encontramos que la entrevista es una estructura determinada en más de un sentido. Surge en relación con algo más que la historia oral y tiene más de una función. En su sentido más básico, la entrevista atestigua una relación de poder en la que la jerarquía y la relación institucionales pertenecen al discurso en sí. Como tal, la entrevista figura en la mayoría de los discursos de sobriedad fundamentales, tal y como yo los he denominado, y en la mayoría de las instituciones dominantes de nuestra cultura.

No hay una correlación exacta entre forma y contenido en lo que respecta a la entrevista más de lo que la hay con respecto a los contrapicados o el estilo de iluminación de bajo contraste. Pero cada elección de la configuración espacio-temporal entre realizador y entrevistado tiene implicaciones y una carga política potencial, una valencia ideológica, como si dijéramos, que merece nuestra atención. En un extremo estaría la «conversación», un intercambio sin trabas entre realizador y sujeto que parece seguir un curso no predeterminado y abordar una serie de temas que no están claramente definidos.

Una interacción más estructurada entre realizador y actor social en la que ambos están presentes y son visibles puede dar la impresión de «diálogo», entrecomillado debido a la jerarquía de control que orienta y dirige el intercambio, privilegiando al entrevistador como iniciador y árbitro de la legitimidad, y encuadrando al entrevistado como fuente primaria, depósito potencial de nueva información o conocimiento. Esta forma de intercambio también se puede denominar «pseudodiálogo», ya que el formato de entrevista prohíbe la reciprocidad o equidad absolutas entre los participantes. La habilidad del entrevistador suele revelarse a través de su capacidad para dar la impresión de que está al servicio del entrevistado, cuyo discurso en realidad controla, en cierto modo como un ventrílocuo. Edgar Morín, lo plantea potenciando la impresión de equidad entre participantes y ofreciendo la sensación de que el desarrollo de la conversación no requiere una secuencia de intercambios formalizada y preestablecida.

No obstante y respetando las opiniones de diversos autores existe la necesidad de considerar dentro del pragmatismo del caso el marco situacional donde se desarrolla la misma aquí Padrón (1992) nos infiere tres criterios a considerar el primero es el grado de apertura al cambio en donde podemos encontrar dos subgrupos un contexto publico y un contexto privado .Y un segundo criterio formado por el grado de socialización, en ambos criterios se consideran los mismos para el investigador como variables no discretas y por ultimo el criterio del tipo de actividad social la cual funciona como variable discreta por su grado relación social.

En cuanto al a los textos institucionales y su análisis Padrón (1996) plantea que suponen una acción socializada, que es regulada, al menos parcialmente, por típicos actos de habla. Así, todo texto institucional va orientado a fijar políticas o lineamientos de acción, a evaluar o reformar la institución, a consolidar los valores, normas y creencias de las personas adscritas a esa acción o a persuadir de la conveniencia de ciertos rumbos colectivos. En este sentido se estimula la valoración de los contextos dentro de los cuales se desenvuelven las instituciones pues influyen considerablemente los referentes tangibles y los referentes simbólicos para poder situar el discurso en la posición descriptiva acertada.

Por ultimo siguiente conviene destacar que el análisis de los textos desde la perspectiva pragmática se muestra una caracterización macro de las experiencias cotidiana de la vida que de una u otra manera definen la autobiografía dentro de su espacio situacional, y esta va a ser desarrollada de acuerdo a los efectos motivantes que induzcan al autor a definirla y en la misma resaltar los aspectos más significativos para él y ocultando los detalles controversiales.

Por esta razón es de considerar que en la evolución del análisis se seleccionan los hechos auténticos descartando todos aquellos datos que puedan ser considerados poco confiables, en este sentido es importante destacar que para una mejor propuesta dentro del diseño es que la autobiografía este orientada hacia aquellos aspectos que reflejen asombro, excitación en el lector. Esto representa que en dicho proceso argumentativo se va organizando secuencialmente y de allí surge el equilibrio y la capacidad lógica como se cohesionen los hechos. En esta definición básica del análisis el autor se caracteriza por poseer unos atributos de intelectualidad haciendo referencia a lo filosofía de la ciencia y es por esto que destacados académicas se interesan y revelan su interés no solo por su ideario sino también por su vida personal, de allí surge el cruce entre el contexto académico y lo comercial. Ahora bien se refleja en la lectura su énfasis en informar sobre sus propias experiencias asociados a sus ideas y puntos de vista donde de una manera escasa hace referencia a la vida íntima o a aquel tipo de hechos que son considerados interesantes desde la óptica de la curiosidad del público lector. En virtud de esta situación queda clara la acción del autor, primeramente la de reflejar, difundir, la intelectualidad a través de los libros, lecturas, la epistemología y por otra parte la de poner de manifiesto el conocimiento de la cultura sociopolítica que consagra su accionar de intelectualidad integral.

Simultáneamente en cuanto al análisis semántico hace correspondencia hacia algunos renglones que le permite al autor agrupar o clasificar aspectos significativos de sus experiencias de vidas en lo familiar, laboral, educativas y artísticas pero en definitiva esto va a depender del diagnóstico del autor y los relatos específicos que sean considerados para tal efecto. En este sentido la semántica autobiográfica también refleja acercamiento a los aspectos sensoriales, intelectuales y afectivos en donde el autor representa la mayor cantidad de palabras del texto.

Significa entonces que el esquema pragmático y el diseño de un esquema semántico constituyen el proceso más sistematizado y organizado que se ajusta más al análisis ya que permite definir de una manera clara o existe correspondencia entre lo que hace y dice el autobiógrafo. Asimismo es importante destacar que dentro del análisis semántico se da también la posibilidad de la utilización de nombres, adjetivos, verbos que reflejan las acciones más vinculadas a la vida cotidiana.

Hechas las consideraciones también debe señalarse la instancia sintáctica de las autobiografías el cual hace referencia al lenguaje escrito donde las secciones, párrafos y encabezados estarán definidos según el interés y motivación que se preste al tema y a su capacidad y ordenamiento intelectual que presente el autobiógrafo. Sin embargo el fragmento obedece a una estructura en párrafos lo cual permanece fiel al esquema semántico experiencial del autor y lo transforma en una muestra cotidiana de las normas usadas en las autobiografías.

Existen otras consideraciones que se pueden acotar como es el caso de que personas analíticas o con entendimiento de textos, realizan su propia organización según sus ejes semánticos que quiera poner en práctica, pero se da lo contrario cuando la persona que escribe presenta poca tendencia analítica sin ningún tipo de organización ya que escriben de acuerdo a como van englobando las ideas en la mente del cual hay pocas excepciones, resulta oportuno destacar que en el análisis sintáctico su eje central está definido en las oraciones y frases lo que le permite al lector detectar la imagen que tiene el autor con su estructuras argumentativas.

Dentro de esta misma idea tenemos el análisis físico, que no puede ser considerado de menor importancia por el hecho de representar lo llamativo del texto como lo es la presentación, calidad y legibilidad del mismo, más bien debe estar representado por el grado de adaptación que el autor de al surgimiento tecnológico indistintamente que autor y lector no sea los mismos.

Desde otro enfoque Holístico

Por medio del análisis del discurso de la bibliografía nacional e internacional, las entrevistas realizadas a expertos y el análisis documental institucional de todo el mundo ha posible caracterizar la importancia de estos aspectos para los investigadores e identificar sus elementos más relevantes, debilidades y fortalezas en una muestra de aquellos que se requieren para sustentar las necesidades colectivas dentro de las ciencias.

Estas estructuras sobre todo interactivas donde se logra la incorporación de los múltiples procesos de aprendizajes de la modernidad para lograr una mejor comprensión de la producción informativa sustentada en bases lingüísticas, semiótica y lógica entre muchas otra variables hacen del análisis del discurso una herramienta fundamental para descubrir la intensidad con que se asimilan los conocimientos dentro de una sociedad altamente competitiva.

La sociedad científica mantiene una búsqueda constante para redefinir lo que los postmodernistas y sus contrapartes consideran diferencias del proceso del pensamiento. Búsqueda que alberga una vía en paradigmas como la trascomplejidad en donde existe una epistemología consistente de alternativas enriquecidas con la visión de todas las disciplinas científicas que presentan su posición en cuanto a los temas de interés de la sociedad.

Estos temas de interés permiten entonces presentar métodos interactivos para recopilar información adecuada y pertinente garantizando y estableciendo una verdadera relación entre los actores de la comunidad investigativa en el análisis de discursos inmersos en los textos bibliográficos, institucionales y mas comúnmente en las entrevistas.

Comenzando por la última encontramos que la entrevista es una estructura determinada en más de un sentido. Surge en relación con algo más que la historia oral y tiene más de una función. En su sentido más básico, la entrevista atestigua una relación de poder en la que la jerarquía y la relación institucionales pertenecen al discurso en sí. Como tal, la entrevista figura en la mayoría de los discursos de sobriedad fundamentales, tal y como yo los he denominado, y en la mayoría de las instituciones dominantes de nuestra cultura.

No hay una correlación exacta entre forma y contenido en lo que respecta a la entrevista más de lo que la hay con respecto a los contrapicados o el estilo de iluminación de bajo contraste. Pero cada elección de la configuración espacio-temporal entre realizador y entrevistado tiene implicaciones y una carga política potencial, una valencia ideológica, como si dijéramos, que merece nuestra atención. En un extremo estaría la «conversación», un intercambio sin trabas entre realizador y sujeto que parece seguir un curso no predeterminado y abordar una serie de temas que no están claramente definidos.

Una interacción más estructurada entre realizador y actor social en la que ambos están presentes y son visibles puede dar la impresión de «diálogo», una vez más entrecomillado debido a la jerarquía de control que orienta y dirige el intercambio, privilegiando al entrevistador como iniciador y árbitro de la legitimidad, y encuadrando al entrevistado como fuente primaria, depósito potencial de nueva información o conocimiento. Esta forma de intercambio también se puede denominar «pseudodiálogo», ya que el formato de entrevista prohíbe la reciprocidad o equidad absolutas entre los participantes. La habilidad del entrevistador suele revelarse a través de su capacidad para dar la impresión de que está al servicio del entrevistado, cuyo discurso en realidad controla, en cierto modo como un ventrílocuo. Edgar Morín, lo plantea potenciando la impresión de equidad entre participantes y ofreciendo la sensación de que el desarrollo de la conversación no requiere una secuencia de intercambios formalizada y preestablecida.

No obstante y respetando las opiniones de diversos autores existe la necesidad de considerar dentro del pragmatismo del caso el marco situacional donde se desarrolla la misma aquí Padrón (1992) nos infiere tres criterios a considerar el primero es el grado de apertura al cambio en donde podemos encontrar dos subgrupos un contexto publico y un contexto privado .Y un segundo criterio formado por el grado de socialización, en ambos criterios se consideran los mismos para el investigador como variables no discretas y por ultimo el criterio del tipo de actividad social la cual funciona como variable discreta por su grado relación social.

En cuanto al a los textos institucionales y su análisis Padrón (1996) plantea que suponen una acción socializada, que es regulada, al menos parcialmente, por típicos actos de habla. Así, todo texto institucional va orientado a fijar políticas o lineamientos de acción, a evaluar o reformar la institución, a consolidar los valores, normas y creencias de las personas adscritas a esa acción o a persuadir de la conveniencia de ciertos rumbos colectivos. En este sentido se estimula la valoración de los contextos dentro de los cuales se desenvuelven las instituciones pues influyen considerablemente los referentes tangibles y los referentes simbólicos para poder situar el discurso en la posición descriptiva acertada.



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