miércoles, 13 de abril de 2011

EL ANALISIS DEL DISCURSO DESDE UNA VISION HOLISTICA EN EL MARCO DE LOS CONTEXTOS DE LAS SOCIEDADES CIENTIFICAS INVESTIGATIVAS.

Gómez Alexander (sibsoeb@hotmail.com)

Rivas Jesús ( Jesus_arg_70@hotmail.com)

Peña María ( alexmary_2007@hotmail.com)

Por medio del análisis del discurso de la bibliografía nacional e internacional, las entrevistas realizadas a expertos y el análisis documental institucional de todo el mundo ha posible caracterizar la importancia de estos aspectos para los investigadores e identificar sus elementos más relevantes, debilidades y fortalezas en una muestra de aquellos que se requieren para sustentar las necesidades colectivas dentro de las ciencias.

Estas estructuras sobre todo interactivas donde se logra la incorporación de los múltiples procesos de aprendizajes de la modernidad para lograr una mejor comprensión de la producción informativa sustentada en bases lingüísticas, semiótica y lógica entre muchas otra variables hacen del análisis del discurso una herramienta fundamental para descubrir la intensidad con que se asimilan los conocimientos dentro de una sociedad altamente competitiva.

La sociedad científica mantiene una búsqueda constante para redefinir lo que los postmodernistas y sus contrapartes consideran diferencias del proceso del pensamiento. Búsqueda que alberga una vía en paradigmas como la trascomplejidad en donde existe una epistemología consistente de alternativas enriquecidas con la visión de todas las disciplinas científicas que presentan su posición en cuanto a los temas de interés de la sociedad.

Estos temas de interés permiten entonces presentar métodos interactivos para recopilar información adecuada y pertinente garantizando y estableciendo una verdadera relación entre los actores de la comunidad investigativa en el análisis de discursos inmersos en los textos bibliográficos, institucionales y mas comúnmente en las entrevistas.

Comenzando por la última encontramos que la entrevista es una estructura determinada en más de un sentido. Surge en relación con algo más que la historia oral y tiene más de una función. En su sentido más básico, la entrevista atestigua una relación de poder en la que la jerarquía y la relación institucionales pertenecen al discurso en sí. Como tal, la entrevista figura en la mayoría de los discursos de sobriedad fundamentales, tal y como yo los he denominado, y en la mayoría de las instituciones dominantes de nuestra cultura.

No hay una correlación exacta entre forma y contenido en lo que respecta a la entrevista más de lo que la hay con respecto a los contrapicados o el estilo de iluminación de bajo contraste. Pero cada elección de la configuración espacio-temporal entre realizador y entrevistado tiene implicaciones y una carga política potencial, una valencia ideológica, como si dijéramos, que merece nuestra atención. En un extremo estaría la «conversación», un intercambio sin trabas entre realizador y sujeto que parece seguir un curso no predeterminado y abordar una serie de temas que no están claramente definidos.

Una interacción más estructurada entre realizador y actor social en la que ambos están presentes y son visibles puede dar la impresión de «diálogo», una vez más entrecomillado debido a la jerarquía de control que orienta y dirige el intercambio, privilegiando al entrevistador como iniciador y árbitro de la legitimidad, y encuadrando al entrevistado como fuente primaria, depósito potencial de nueva información o conocimiento. Esta forma de intercambio también se puede denominar «pseudodiálogo», ya que el formato de entrevista prohíbe la reciprocidad o equidad absolutas entre los participantes. La habilidad del entrevistador suele revelarse a través de su capacidad para dar la impresión de que está al servicio del entrevistado, cuyo discurso en realidad controla, en cierto modo como un ventrílocuo. Edgar Morín, lo plantea potenciando la impresión de equidad entre participantes y ofreciendo la sensación de que el desarrollo de la conversación no requiere una secuencia de intercambios formalizada y preestablecida.

No obstante y respetando las opiniones de diversos autores existe la necesidad de considerar dentro del pragmatismo del caso el marco situacional donde se desarrolla la misma aquí Padrón (1992) nos infiere tres criterios a considerar el primero es el grado de apertura al cambio en donde podemos encontrar dos subgrupos un contexto publico y un contexto privado .Y un segundo criterio formado por el grado de socialización, en ambos criterios se consideran los mismos para el investigador como variables no discretas y por ultimo el criterio del tipo de actividad social la cual funciona como variable discreta por su grado relación social.

En cuanto al a los textos institucionales y su análisis Padrón (1996) plantea que suponen una acción socializada, que es regulada, al menos parcialmente, por típicos actos de habla. Así, todo texto institucional va orientado a fijar políticas o lineamientos de acción, a evaluar o reformar la institución, a consolidar los valores, normas y creencias de las personas adscritas a esa acción o a persuadir de la conveniencia de ciertos rumbos colectivos. En este sentido se estimula la valoración de los contextos dentro de los cuales se desenvuelven las instituciones pues influyen considerablemente los referentes tangibles y los referentes simbólicos para poder situar el discurso en la posición descriptiva acertada.

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